Hola Mi amor
Desde que naciste has sido hermosa. Y cada vez lo eres más. El plan era estar allí, compartir con frecuencia y verte crecer, pero sabes cómo funciona, una hace planes para solo hacer reir a Dios. Así que me ha tocado verte crecer en la distancia.
Una resiliente conoce a otra con solo verla. Me encanta verte conversar segura, con la mirada en alto. Yo se que el miedo está allí, pero no te paraliza... sigues. Nada se interpone en lo que quieres, y la buena noticia es, nada lo hará nunca. Todo es posible, a veces tomará tiempo, pero te prometo que vale la pena. Yo disfruto todo de ti, verte jugar, pelear y hasta llamarme para discutir entre mujeres asuntos familiares y organización de actividades. Eres desde todo punto de vista simplemente estupenda. Yo se que a veces cansa, solo toma aire y sigue, pero eso ya lo sabes, porque ya lo haces.
Algo que he aprendido con la migración es que la idiotez es universal. No discrimina por país de origen, género ni edad. Hay idiotas por todas partes. Y van a seguir cruzándose en el camino. Así como ese que se sintió motivado a mandarte un correo para avisarte que no lograrás tus sueños y advertirte lo que las chicas no podemos hacer. Esas personas están por todos lados. Les molestamos. Nos dicen ilusas, locas, soñadoras. Muchas veces nos invitan a crecer y aceptar la realidad, a comportarnos correctamente.
¿Estaríamos hoy conversando a distancia sin soñadores? Yo antes les discutía, ahora les ignoro, y solo les pregunto, ¿te imaginas qué aburrido sería el mundo sin ilusos por allí creando mundos posibles? Supongo que todos ellos serían felices estando aún en cuevas cazando y recolectando para comer y vivir. Asumo que todos estos que se hacen llamar “apegados a la realidad” no disfrutan de ver tele, leer un libro, escuchar música o viajar. Usualmente hasta allí llegan cuando caen en cuenta que conformarse con lo que existe hoy, nos limita a crear un mejor futuro.
Locas, Brujas, Sonadoras, Emocionales, Histéricas… asi nos dicen, pero sabes algo, es su manera de tratar de decir que somos fuertes, atrevidas, creativas y muy pero muy resilientes… ¿sabes lo que es ser resiliente? es esa fuerza interna que tienes, que a pesar de los problemas, a pesar de la rabia, o la tristeza de fallar, dices: “yo sí puedo”, y sigues y sigues hasta que lo logras. Lo malo es que no todo el mundo tiene esa fuerza, y algunas personas si engavetan sus sueños cuando alguien los critica. Y es terrible, imagina cuantas cosas increíbles dejaron de ser porque no tuvieron apoyo para ser realizadas. No somos nosotras quienes debemos dejar de soñar, son los ataca-sueños los que deben respetar.
Mi orgullo y emoción de verte en esa foto vestida de astronauta llegó a unos límites que solo tu veras cuando llegues más allá de las estrellas. Yo estoy segura que abordarás la nave que sueñas, y allí estaré abajo emocionada saludandote, imaginándome que me vez, diciendo a los cuatro vientos "allí va mi hermosa sobrina, desde niña sabía que conquistaría las estrellas". Y pues sí, la verdad es que me enojó ver que alguien trató de romper tu sueño, y decirte que no lo va a lograr. ¿Por qué se sienten algunos motivados a decirnos que abandonemos? no lo se mi amor, pero créeme que son ellos los que no van a lograr. Porque los sueños son como un cohete al espacio, no se detienen, son maravillosos, costosos, ruidosos, hacen temblar todo cuando arrancan y sobre todo son muy, pero muy emocionantes.
Suena alto loca querida, que nos dicen locas porque es su manera de decir: "allí está una mujer que rompe esquemas, que no se queda callada y que sigue construyendo un mejor mundo, lleno de alegría, sueños e ilusiones maravillosas". Y esto ya lo sabes, pero recuerda que ese cohete puede cambiar de forma las veces que quieras. Tienes derecho a cambiar y modificar las veces que quieras, pero no porque te lo dicen los demás, sino porque es lo que más te llena el alma. Y por los otros, bueno, algunos no están acostumbrados a ver niñas y mujeres rompiendo esquemas, pero deberían, porque llevamos mucho tiempo en eso, y que se preparen porque aún nos falta.
Soñemos juntas en la distancia con el día en que estas cartas no existan, y que cuando cada niña sueñe con su mayor grandeza, solo reciba aplausos y alegría.
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