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Foto del escritorAle

Crecer no es envejecer

Celebrar cumplir años es natural, al menos para mi y el entorno en el que nací y crecí. Los niños esperan su cumpleaños con emoción y alegría, durante los primeros años es común querer tener más. Yo recuerdo vívidamente cuando esperaba y anhelaba mi fiesta, no solo por los regalos y la celebración, sino porque tendría los beneficios de la nueva edad. Tener 16 y poder salir, ser mayor de edad, viajar, trabajar.


Desde pequeña escuchar a personas mayores me fascinaba. Quizá porque pasé mucho tiempo con mi abuela y su sabiduría me impresionaba, quizá porque me encantaba la poesía y ese poema atribuido a Borges cuando está casi muriendo me llena de ímpetu… recuerdo caminar bajo la lluvia y pensar en Borges diciendo…”pues aquí estoy pisando cada charco bajo la lluvia y es super divertido”, Y siempre le agradeceré a Borges, o a quien haya escrito “Instantes” no tomarme la vida con seriedad, disfrutar andar descalza y cometer errores sin llevar la cuenta.


Yo no he sido una persona de tomar fotos, aunque me encantan y disfruto mucho ver fotos. He estado centrada en vivir experiencias con intensidad, tanta, que en ocasiones resulta agobiante para los que están a mi alrededor, y la verdad sea dicha, de muchos momentos increíbles no tengo ninguna foto, pero los puedo recordar e incluso sentir con solo cerrar los ojos. Cada año he vivido lo bueno y lo malo, lo agradable y lo pesado con tanta energía y compromiso que, con fotos o sin ellas, se que la experiencia está y la respiro… como me decía una tía, le he sacado el tuétano a la vida, y la recuerdo literalmente explicandome la expresión mientras comía el tuétano en los huesos de pollo… “la vida es para disfrutarla hasta el final” me dijo, “y que no quede nada en el plato, ni siquiera dentro de los huesos”.


Sin embargo hay quienes apagan la música de la fiesta


Hay un momento en que las ”personas mayores” sienten cierto deseo de acabar la fiesta. Creo que es pertinente aclarar que mi libro favorito es El Principito, y me encanta como se define quienes son las personas mayores, los que dejan de soñar y de creer, los que ven un sombrero en un dibujo que claramente muestra una boa tragando un elefante. Entonces las personas mayores dicen cosas como, “no te apures en crecer, que después no querrás crecer más” o “disfruta ahora que eres joven” y mi menos favorita ”quisiera volver a tener 20 con la experiencia de los 40”.


Todas esas y muchas otras para mi llevan al mismo sitio, un temor y falta de aceptación por envejecer, como si se tratara de algo malo e indeseable. Pero como yo crecí enamorada perdidamente de mi abuela, para mí envejecer siempre ha sonado maravilloso. Bueno, digamos tiene cosas menos agradables como que tuve que poner las letras mas grandes en el teléfono, pero venga que no todo son achaques. Siento que nadie habla de los beneficios, de la sabiduría y de asumir los riesgos ahora con mayor conocimiento (y más independencia y autocontrol, porque a los 20 casi todos somos dependientes de otro en alguna medida o tenemos recursos muy limitados)


Yo recuerdo haber caído en la trampa de las redes pesimistas cuando me acercaba a los 30, ese oscuro portal inventado e irreal que separa a las mujeres exitosas de las que se quedan “para vestir santo”. Y yo me pregunto, ¿hasta cuando creeremos en profecías inventadas? Más aún viviendo en una época en la que pocos practican religiones y menos cosen trajes para santos. Faltando pocos días para cumplir 30 sentí tanta emoción y energía que disfruté ese día, y los siguientes más que de lo que disfrute tener 15, que dicho sea de paso también fue genial. Y no quiero decir que no haya tenido malos momentos, por su puesto y por montones, pero esos son indiscriminantes… los problemas y su cantidad no tienen nada que ver con la edad, es la actitud frente a ellos lo que cambia, y siento que con los años tengo mas recursos para surfear las olas.


Los 40 no son los nuevos 30, son increibles 40 y son lo máximo, y los que vienen pintan mejor...


Ahora proliferan mensajes tratando de disimular la edad. Yo no quiero volver a tener 30 ni 20… hice cualquier cantidad de estupideces a los 20, y por eso fue fantástico. Con la conciencia de ahora no las haría y eso sería realmente una pena. Me explico, fueron años

maravillosos, alocados y divertidos en su máxima expresión, pero ya pasaron, y lo que tengo ahora en el plato pinta aún mejor. Creo que el mandato “todo tiempo pasado fue mejor” es una pesada carga que limita disfrutar, comprometerse y descubrir lo que el nuevo año tiene por ofrecer. Cuando en un crucero se está mirando hacia el puerto que quedó atrás, no es posible desprenderse de lo que fue y se acabó y la añoranza y los recuerdos hacen del viaje una experiencia poco placentera. Cuando se suman años de vida haciéndose mayor, dejando de vivir, entonces hay poco que celebrar.


Yo celebro hoy mis 45 haciendo lo que más me gusta, escribiendo y celebrando que tengo más experiencias en mi mochila personal para experimentar en este y los que vienen con más intensidad que nunca. Quizá es porque estoy rodeada de mujeres maravillosas, muchas de las cuales tienen más edad que yo y son increíblemente intensas, felices, creativas, alocadas y emprendedoras, verlas demuestra que cada año es infinitamente mejor. Quizá es también porque decidí ser madre, y cada dia veo en mis hijos la inocencia y la maravilla del tiempo pasando, y siento, que asi como ellos son cada dia mas espectaculares, así como verlos crecer es el mejor regalo de mis días, sentir y vivir mi crecimiento es también razón para celebrar. Arrepentirse y anhelar lo que acabó no es sano y solo llena el espacio de melancolía y dolor. Al contrario, un cumpleaños es crecimiento, alegría y oportunidades para lo nuevo, lo inexplorado… Así que celebro hoy por mi y alzo mi cerveza por todos los cumpleaños, y que para todos se trate de uno muy feliz.




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