A todos los Coroneles (y Coronelas) que esperan a diario esa carta Desde que inició esta aventura migratoria, lo que llamamos en casa "Canadá Project", me he sentido identificada con el "Coronel" sin nombre, ese inmortal que espera su merecida carta de la pensión. Cada día ha transcurrido esperando una carta. Unas fueron por correo electrónico otras muchas fueron a la usanza antigua, una carta en sobre en el buzón de correo. Fue tan simbólico y bizarro, que antes de irse de Montreal unos amigos nos dejaron entre otras cosas que no cabían en su maleta de regreso a Caracas, una lata de café. Después de varios meses un día nos encontramos raspando los restos de café entre las hendiduras de la lata, nos miramos sintiendo como la casa estaba llena de realismo mágico, sintiendo como Macondo vivía en nosotros en el frio eterno de Montreal. Tratando de establecer una fecha de inicio del Canadá Project diría que fue el 11 de enero de 2012, cuando escribimos la primera comunicación a la Universidad con la solicitud del sabático, desde el día siguiente hemos estado esperando cada día que llegue un correo. Debo decir que mandamos más de 40 solicitudes a diferentes universidades y laboratorios en esa época, y solo recibimos unas pocas respuestas parcas y solo una alentadora. Antes de eso Canadá era solo parte de los chistes que no comprendíamos en las películas americanas, la invitación de un amigo a aplicar y trabajar sembrando maíz por 3 años, y muy lejos en mi memoria el acto de primer grado del día de la hispanidad, cuando me toco una bandera sin estrellas con una hoja roja en el medio. Fueron 5 años y 14 días de esperar que un correo llegara, y cuando llegaba uno solo era una pieza de domino que tumbaba la siguiente, cada carta era el anuncio de una nueva espera: - La confirmación del sabático desde la Universidad en Montreal, el 13 de enero de 2012
- La confirmación de la evaluación del Consulado en Venezuela sobre bajo que categoría aplicar a la visa, dado que un sabático no es estudios formales, ni es trabajo remunerado, el 3 de abril de 2012
- La visa de visitante a Canadá
- La extensión de la visita, estando aquí para extender el sabático y aplicar a estudiar.
- La aceptación en el PHD (y en mi caso la negación el 20 de febrero de 2013)
- La noticia de la beca (que en realidad fue la falta de fondos para darnos una beca)
- El certificado de Aceptación de Quebec, un paso más en la burocracia Quebecua.
- El permiso de estudios.
- La visa de estudios que se demoró por la huelga de los agentes de inmigración de Canadá, que nos permitía estar 4 años
- El permiso de trabajo, que me permitía trabajar como esposa de un estudiante, el 24 de diciembre de 2013
- La confirmación de las ayudas económicas para los niños, (que inicialmente no eran parte de la lista inicial, pero sin beca fueron de gran ayuda)
- La renovación de los pasaportes.
- La renovación de los permisos, que se vencieron porque se vencían los pasaportes.
- El Certificado de Selección de Quebec, que llego inesperadamente a los 7 meses, y lo esperábamos a los 12 meses
- La noticia de visa de Residentes Permanentes, que demoro una interminable semana más de lo previsto por las vacaciones de fin de año, el 6 de enero de 2017
- La visa de Residentes Permanentes el 25 de enero de 2017
Eso sin contar con las cartas menores que aliviaron el día a día, cada cheque de reembolso del seguro después de una visita al hospital, el cheque de reembolso de los impuestos absolutamente inesperado, la confirmación de nuestros amigos y familiares que nos podían extender otro préstamo mientras nos establecíamos. También hubo cartas para complicar como la negativa del primer seguro a pagar los gastos del parto, la solicitud de más documentos que complicaba un trámite. Durante estos años he leído muchos blog de migrantes, me han ayudado a sentirme menos sola y mas parte de algo que está ocurriendo, que es duro, complicado y emocionante, una montaña rusa emocional en todo sentido. En la mayoría de los casos, la gente suele decir con meses y días cuanto demoro su proceso, todos parecemos pasar por los mismos momentos de desesperación, desde pensar que nunca llegara, que nos rechazaran, las infinitas ganas de lograrlo y los miedos de saber si vamos a lograr encajar, lo cual hace quizá mucho más emocionante cuando pasa lo contrario, cuando llega, cuando encajamos, y saber que a otro le pasa, leer que otro lo logra es sencillamente fantástico, llena de una emoción e ilusión desmedida a los desconocidos que leen las historias. Por eso hoy quiero celebrar compartiendo mi historia. Si tuviese que dibujar hoy estos 5 años las idas y vueltas al correo haría un video con estas imágenes, pero como así todo lo más importante de la vida, no tenemos fotos de esto: - La noche que llegamos a Montreal con 3 maletas y tres bolsos de mano, trajimos juguetes, los pocos abrigos que teníamos, sueños y fantasías, la ilusión de un segundo bebe, miedos y un pasaje de retorno a los 6 meses.
- La primera vez que vi nevar desde la ventana y sentí que Edward scissorhands estaba realmente en lo alto de alguna montaña.
- La primera vez que sentí frio y ninguna pieza de ropa me pareció exagerada.
- Cuando apague la calefacción a media noche y aprendí que eso no se hace.
- Entrar al nuevo apartamento vacío, frio, feo.
- Descubrir los croisants de la boulagerie de la esquina.
- La primera bola de nieve que Diego lanzo.
- Ver "craiglist Joe" y aprender a amoblar en base a la solidaridad de los que dejan Montreal atrás.
- Confirmar el embarazo.
- Escuchar el corazón de David.
- Comprar cosas de fiesta para el tercer cumpleaños de Diego y recibir de sus manitos un tobo con juguetes diciéndonos: "para los niños mama" sin tener el valor de explicarle que no habría niños en su fiesta.
- Abrir juntos el correo que decía que estaba aprobada la aceptación para estudiar en Quebec.
- La llamada del hospital diciendo que había perdido la opción del eco y de la casa de parto diciendo que había sido seleccionada en el sorteo, pero como no conteste la llamada reasignaron mi cupo. Se me había dañado el teléfono y no podíamos comprar uno nuevo.La llamada de la casa de parto diciendo que me habían reasignado el cupo "algo paso y se acaba de abrir un cupo".
- La llegada a la casa de partos con 5 meses de embarazo, finalmente recibir atención profesional y cariñosa.
- Viajar a Venezuela sin saber si podríamos regresar, dejar las cosas de valor sintiendo que ese apartamento de una sola puerta era nuestro hogar.
- Regresar a Canadá embarazada y con 13 maletas, ver el sello en el pasaporte y la señal para que pasara el siguiente, podíamos seguir en Canadá.
- Caminar por la avenida cerrada llena de ventas de calle, empezando el trabajo de parto.
- Ver a David nacer, hermoso, dorado, iluminado por la lámpara de la sala.
- El último viaje a Venezuela, la policía tocando mi puerta a las 7:00 am y preguntándome si en mi apartamento se habían metido la noche anterior, la cara de pánico de mi vecina, el robo fue en su casa. Unas semanas después seria en la mía.
- Donar 20 cajas de libros a la biblioteca de la universidad.
- Dejar las cajas en un pasillo de la escuela.
- Diego sentado en la mitad de la cama diciendo que no se quería ir de Ccs porque allí tenía su familia y amigos, varios juguetes le rodeaban y tenía en una bolsa dos torontos que le habían regalado y dos pastillas de vitamina C.
- Llegar al aeropuerto sanos y salvos, sentir que lo habíamos logrado.
- Recibir el anuncio del robo del apartamento en CCs mientras esperábamos un amigo para almorzar.
- Abrir la puerta en la mitad de la nevada para que nos entregaran la hamaca regalada.
- El primer día en la guardería de Diego y que me dijera "mama, vete estoy trabajando"
- Cuando llegue a la guardería y me dijeron que me habían dado un cupo tiempo completo, caminar en la nieve tratando de encontrar la entrada.
- Cuando descubrí el paseo Saint Hubert, techado iluminado y nevado.
- Diego llorando en el autobús pidiéndome que lo hiciera hablar francés porque nadie lo entendía.
- Cuando en la primera entrevista de trabajo el Gerente me dijo: "disculpe, pero usted donde aprendió inglés?".
- Cuando camine todo el centro repartiendo cv en los hoteles buscando trabajo para limpiar y decidí quitarme la bufanda para ser más rápida, estaba a -20c. Pase una semana afónica después de eso.
- Cuando después de repartir cv en todos los restaurantes de la avenida, entre en el último y me preguntaron que desea: "trabajo".
- El primer día como voluntaria en el centro de apoyo a familias latinoamericanas.
- El día que deje a Diego en la guardería y no se quería quedar.
- La primera cita con Diego para explicarle porque lo tuve que dejar allí aunque él no quería.
- El primer día en la banca Alimentaria, cuando nos dijeron que trabajáramos cargando mercancía y cuando vimos que habían frutas y hasta tomates cherry.
- Salir con dos bolsas grandes de comida por 3$.
- Cuando fui a la banca alimentaria con mis dos hijos para que me dieran más comida.
- Cargar los dos carritos de comida bajo la lluvia con David en el canguro.
- Llamar al 911 después de que David se golpeara la cabeza e irnos los dos al hospital.
- Ver a Marcelo en el Hospital la mañana siguiente, había ido a tratar de encontrarnos, mi celular sin batería. Nos encontramos, el traía una lonchera con comida y ropa.
- Los resultados de la placa de David, todo estaba bien.
- Mecerme en la hamaca durante el verano, bajo el gigantesco árbol del patio escuchando el viento mover las hojas y pensando en el mar.
- Desarmar una biblioteca aérea de segunda mano y ponerla por partes en el coche de David, regresar a casa mientras cargaba a David en el canguro y Diego guiaba el camino.
- El primer día en la fábrica, cuando se me cayó el saca leche en la poceta y me regañaron por reincorpórame dos minutos tarde "aquí no hay timbre pero hay que cumplir"
- Encontrarme a Kiki en el metro contenta de verme ir a trabajar un día más, mientras me explicaba que "no hay opción en la vida debíamos aceptar que nos tocaba trabajar así".
- El olor a te en la cartera que llevaba a la fábrica el día que al salir me llamaron por teléfono para decirme que no había mucho trabajo y no volviera.
- Quedarme con David en las clases de motricidad mientras Marcelo se iba temprano a defender su proyecto doctoral con la misma guayabera con la que nos casamos.
- Celebrar al Doctorando comiendo Putine.
- Cuando mi jefe en la segunda entrevista saco la hoja de la carpeta y sonriendo me dijo "buenas noticias, esta es tu oferta de trabajo tienes tres días para pensarlo".
- Ver mi nombre en mi escritorio.
- Ver una tormenta de nieve desde la sala de conferencia.
- Reparar la secadora con las instrucciones de Marcelo con lechina, mientras los dos niños con lechina dormían en el cuarto.
- Esperar en una sala privada del hospital con David con lechina porque se le pusieron las piernas oscuras, irnos en un taxi al confirmar que estaba bien.
- Llamar por teléfono al director del departamento de Seguro Social de la universidad en Venezuela y pedirle que necesitaba mi planilla con sello para un trámite en el exterior y prometerle que no la usaría para tratar de cobrar pensión en el seguro social, era el último documento de la interminable lista.
- Llamar al servicio de emergencia diciendo que tenía dificultad para respirar e irme sola al hospital.
- Estar sentada en la sala de reuniones con mi chocolate caliente explicando algo y que me atendieran con interés.
- No poder ir a buscar a David en su primer día de guardería.
- Después de 5 años, la primera cena solos en un restaurante y por primera vez una amiga cuidando a los niños en casa.
- Deslizarnos por una colina de nieve.
- Las horas en la computadora revisando las planillas para mandar el paquete de aplicación a la residencia.
- Cumplir 40 rodeada de amigos en un hogar lejos del Ávila.
- Ver un correo en el que me llamaban "key player" del proyecto y que suspendieran la reunión porque yo no iría.
- Salir de la oficina tarde y ver a la Señora que limpia, darle las gracias al recordar a mi amiga que hacía lo mismo antes de volverse a Colombia.
- Comprarnos un carro y mudarnos, finalmente tener una habitación propia.
- Descubrir las "playas" más cálidas en los pequeños lagos de Quebec.
- La cara de mis compañeros de trabajo cuando fueron laid off.
- Diego en la escalera del colegio diciéndome "Mama gane una medalla".
- La no planificada fiesta de cumpleaños a Marcelo con los amigos en la casa gritando "sorpresa" al prender la luz.
- La cara de Marcelo frente a la computadora diciéndome cambio el status dice "decision made".
- Cuando llego el correo "Ready for visa"
Hoy celebraremos en casa con los brazos en alto, hoy nos tomaremos un café sin raspar la lata, hoy una vez más decimos en alto que somos latinos sin ser narcos, que somos Venezolanos y no corruptos, que somos inmigrantes y no tenemos como destino comer Mierda.
A ti querido Coronel que me lees, sigue con tu fe el alto, con tu empeño constante, porque definitivamente tienes quien te escriba.
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