Hace un par de meses conversé con un amigo que estaba en pleno burn out. Es realmente impresionante ser testigo de como el estrés puede opacar a una persona. A mi me tomó mucho tiempo asumir que había hecho burnout.
En todo caso, en medio de la conversación compartiendo nuestros métodos para lidiar con el estrés me planteó una teoría que me pareció muy interesante y adopté sin confirmar las fuentes:
La luz de las pantallas es agotadora. Bueno eso tampoco es desconocido ni un gran descubrimiento.
Con la exposición promedio que tenemos a las pantallas, hacen falta cinco días sin ellas para reajustar el organismo a la luz solar. Es lo que llaman los ciclos circadianos. Concepto que ya me era familiar pero relacionado a la alimentación, no había hecho la relación con la luz del sol, el sueño y el estrés.
Así que, en vísperas de las vacaciones de verano, me propuse hacer el reto de 5 días sin pantallas en familia. Me sonaba perfecto porque, con la pandemia, empezamos a hacer vacaciones en camping, y en la mayoría de los parques no hay acceso a internet.
Preparativos
Comencé a buscar información sobre cómo llevar a cabo tal cambio en una familia que pasa tantas horas ante la luz de una pantalla. Entre la tele, las computadoras, tabletas y teléfonos me di cuenta que eran muchas. Y las razones eran de peso: es que el trabajo, es que con la pandemia es la manera de socializar, es que es más fácil aprender investigando online, es que ese documental es muy educativo, es que después de todo un día de actividades un rato recreativo viendo tele es placentero.
Un artículo que me resonó decía que tiene que haber un sustituto, no se pueden remover las pantallas para hacer nada. A ver, yo medito, pero tampoco estoy a nivel zen como para pasar 10 horas sin actividades durante 5 días de vacaciones.
Empecé a investigar sobre juegos de mesa divertidos para niños en las edades de mis hijos. Consulte en todos los grupos de apoyo que tengo asociados al home schooling. La verdad aproveche y compre unos que tenía permanentemente en una wish list mental. Construimos unas repisas en el carro para colocar los juegos y los clasificamos en dos grupos: juegos para llevar de camping juegos que solo jugamos en casa. Esto porque hace un año perdimos el tablero y la caja del Risk cuando lo dejamos afuera una noche que inesperadamente llovió.
Compré muchos juegos de cartas, aproveche y me inventé un par que tenía esbozados. También cuadernos de mandalas, de laberintos y de actividades varias. Uno sobre chistes para niños y otro sobre sombras de manos. Llevamos libros preferidos para cada uno, hojas para colorear, muchos lápices y colores.
La experiencia
Mi familia no recibió el plan con alegría. Mis hijos reaccionaron como si se tratara de una sentencia de muerte. Luego me retaron y me dijeron que mi reloj monitor de ejercicios también era tecnológico y no lo podía tener. La única excepción era el celular con el gps para llegar y salir del parque. Todos estábamos “perdiendo algo”.
Lo hicimos en dos fases, primero solo un fin de semana: 48 horas sin tecnología y luego 5 días completos. Como tenemos un par de gatas en la casa, usualmente salimos por dos días y regresamos a ponerles agua y comida y también a buscar más comida para nosotros. Para ellos lo peor era regresar a casa y ver el televisor allí apagado y sin poderlo prender.
Entonces esas horas en casa las llenamos con actividades para planear el siguiente camping y muchos juegos de mesa, de los que no podíamos llevar en el carro.
En balance
Yo suelo decir que estoy realmente de vacaciones cuando olvido que día es. Ese momento en el que cuesta un rato estar seguro si es lunes o miércoles, quizá domingo. Es el momento cuando siento que mi cotidianidad dio paso a descansar. Para algunos especialistas esa sensación de desconexión o "detachment" es no solo saludable sino necesaria para combatir el estrés. Usualmente me toma 10 días de vacaciones lograr este estado. En nuestras vacaciones sin tecnología, al segundo día ya era muy difuso para mi que dia era. Y eso me hizo sentirme más descansada mucho más rápido.
Los niños dijeron que fue menos difícil de lo que esperaban, que se divirtieron y que efectivamente fue importante tener muchas actividades disponibles para escoger. Después de nuestro “reto” les es mucho más sencillo buscar opciones no tecnológicas para divertirse.
Durante este verano dos veces tuvimos 5 días seguidos sin mirar ninguna pantalla encendida, y después de discutirlo juntos concluimos que era beneficioso para todos, así que mantenemos un día al mes sin pantallas para descansar de las luces artificiales, parcialmente porque cada vez oscurece más temprano mientras se asoma el invierno en el polo norte.
Y aunque mantememos movie nigth los viernes con películas y cotufas, ahora agregamos uno o dos juegos de mesa antes de la pelicula.
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