Hoy es un día especial. Lo es porque amaneció. Salió el sol. Lo es porque se puede sonreir.
Yo me enamoré tempranamente de Serrat y su poesía, y siguiéndole, creo que no solo hoy puede ser un gran día: lo es, es único y perfecto, los placeres de hoy son para derrocharlos.
Pero no quiero pasar por alto que en muchos países se celebra lo que han denominado día de la madre, concepto que siempre me creó conflictos, porque se tiene madre a diario. Así que aquí mis reflexiones.
Celebrar la maternidad
Mi concepto de maternidad es mucho más amplio que ser la progenitora de alguien. Ser madre es para mi nutrir, criar y crear, acompañar y contener en amor al otro. Eso puede ser o no consecuencia de haber gestado a otro ser humano.
Particularmente son muchas las personas a las que he podido ir en busca de esa contención única, en la que se puede sentir vulnerable completamente, confiado a los niveles más intensos y absolutos, sabiendo que no hay riesgos y que solo se recibirá amor en la manera más honesta posible, ese que impulsa y ayuda a crecer, aunque puede ser doloroso.
También he tenido la maravillosa oportunidad de contener y amar intensamente a muchos a quienes no gesté dentro de mi cuerpo. Y ciertamente la experiencia mágica de concebir un ser humano dentro, sentirlo crecer, verle nacer y crecer es increíble. Pero creo que la maternidad es más que eso y que cada quien la vive a su manera.
Es así como yo experimento ser madre, contar con un voto de confianza absoluto de otro, que se siente y se reconoce vulnerable, y sin miedo, busca amor. Para mi el amor de madre tiene la forma y significado que solo es válido para los involucrados. Yo creo que no se puede ni dudar ni evaluar el amor materno.
No creo que se tenga que ser mujer ni parir sentirlo. Lamentablemente en español no hay una palabra para expresar maternidad y paternidad al mismo tiempo, como parenthood en inglés. La maternidad, a falta de otra palabra, es única en su alcance desinteresado y amoroso, pero sobre todo en la conciencia de su finitud.
Como la rosa de mi amado principito, creo que las madres como significado somos efímeras, es una relación intensa en la cual el cambio es lo único que permanece, y lo que al menos para mí lo hace más espectacular, porque cada día es diferente. Y es también increíblemente retadora y agotadora, mi faceta de madre es la más intensa y exigente en mi vida, la que más felicidad y frustración me da, todo al mismo tiempo. Y sobre todo la más incierta, y por eso, la más emocionante.
Los días comerciales
Estos días en los cuales amor significa comprar cosas me molestan a niveles indescriptibles. Antes de la pandemia rechazaba salir a los restaurantes colapsados, pagar flores al triple del precio, sobre todo porque aunque hay gente que lo hace con mucha honestidad y sentimiento, para muchos otros es el unico dia para expresar “amor”, y muchos sienten la obligación de hacerlo, y eso para mi genera una energía nociva. Pienso igual del día de los enamorados, del padre, de la familia, de lo niños y toda fecha impuesta en el calendario comercial.
Quizá lo que más me molesta, y celebro que ha cambiado un poco, es la hiper comercialización del día, impulsando regalos que solo refuerzan la discriminación de la mujer. Durante mi infancia el día de la madre era para regalar licuadoras y otros utensilios de cocina, el mensaje de que la madre merece tiempo libre era terrible. Y quiero decir que me encantan los comerciales del día de la madre, son emotivos y muy bien logrados, pero al final casi todos terminan igual: expresa tu amor comprando esto.
Pero el amor no se expresa con dinero, al menos no para mí. Como dicen los Beatles, “el dinero no puede comprar mi amor” y yo completo “tampoco lo puede expresar”. Y me encanta recibir regalos, y flores, y desayunos en la cama… pero los disfruto el 8 de Agosto y el 3 de Marzo, tanto como ayer o mañana. No hay un día en el que el amor se disfrute más, y ninguna campaña publicitaria cambiará eso. Y sobre todo me molesta el dolor que sienten los que no tienen para comprar regalos, creyendo que eso implica que dan menos amor. Un regalo costoso puede sentirse vacio y en un abarzo se puede tener el mundo, y viceversa, el amor no tiene reglas, ni formulas, y sobre todo no se puede convertir en mercancia.
Finalmente me dejan mal sabor los videos sobre nuestro sacrificio absoluto, amar a otro no es sacrificio, es entrega. El placer para mi no está en lo que espero en retribución en el futuro, está en ese momento. Yo no cuido a mis hijos para que ellos cuiden de mi luego, yo hago lo que siento que quiero hacer en las noches de juego y también en las de desvelo con fiebre. Disfruto ver la misma pelicula 10 veces, la flor de papel mal cortada, la tarjeta con errores ortográficos, el abrazo, y tambien el llanto, la puerta lanzada y la pelea acalorada con alguien que deja de ser un pequeño niño y ahora espera argumentos. Es una vida que va entre el aroma las flores frescas en la cena especial y el alma arrugada de llorar en desespero, la maternidad es para mi crecer y amar. Y yo disfruto el amor en su concepto y con todo su contenido, con sus altos y bajos, y todos los sobresaltos que me hacen sentir viva.
En fin, feliz día, porque “Hoy es un gran dia...".
Confia, entrega y ama, como si no hubiera mañana. Y dale amor a ese alguien con quien sientes que te puedes dejar ir, esa persona ante quien ser vulnerable no es riego, es más bien seguro.
"...y mañana también”
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