No me gustan los días comerciales, menos aún los estereotipos. Y quizá no me gustan porque no cuadro en ninguno de ellos. Un día como hoy me genera sentimientos encontrados, pero ya de eso escribí hace un año. Hoy quiero celebrar a las acusadas y orgullosamente auto reconocidas malas madres. Hace unos días una amiga me regaló esta canción maravillosa y aquí voy yo con mi versión.
Mala madre
Las madres, las buenas según el prejuicio, sacrifican su vida por sus hijos, dejan su libertad y sueños en beneficio de otro, quien, en concepto de algunas, les retribuirá sus sacrificios. Allí descansa aquello de ser buena madre y tener buenas hijas, ser buena hija es ser buena madre. Y por falta de genéricos en español me refiero a las hijas aunque el mandato de bondad y sacrificio es un pacto inexistente entre las madres y todos sus hijos.
Una madre que persigue sus sueños no es una madre abnegada, es acusada incesantemente de egoísta. Pero tampoco es sencillo ser una madre de carrera que deja pasar un viaje para celebrar un cumpleaños infantil, entonces es tildada de estúpida y sometida. Y lo sé porque he pasado por ambas situaciones y muchas más.
Yo recién cumplí 12 años desde mi primer parto, y todas las decisiones que he tomado, sin excepción, me han ganado detractores de un lado o de otro. La lactancia por ejemplo era malcriadez y ponía en riesgo mi salud y la emocionalidad del niño para unos, mientras era prueba de mi sacrificio para otros. Hay reglas no escritas por los jueces de oficio de la cotidianidad, quienes son expertos en todo, y sin ser requeridos, nos explican a diario como ser una buena madre. Como yo nunca les he escuchado ni prestado atención, ya saben que adjetivos me he ganado. Yo no amamanté ni por lo uno ni por lo otro, yo amamanté porque me nació hacerlo, lo disfruté cada día, y el día que sentimos (mi hijo y yo) que ya había terminado lo dejamos. Y adivinen, ese día fui insuficiente, porque una verdadera madre sigue más.
Yo no he sacrificado mi vida por mis hijos, la he disfrutado con ellos. Y ha sido maravilloso. Hace unos meses mi hijo menor se metió en mi cama a media noche y me abrazó. Amanecí así, abrazada de ese hermoso ser humano. Cuando lo vi reflexioné que en mis 20’s si amanecía abrazada de un tipo atractivo no me iría corriendo a la oficina, al contrario buscaría quedarme para saborear cada instante lo máximo posible. Y eso hice, no tenía reuniones, mis pendientes podían esperar, así que regresé a abrazarlo. No porque como me enseñaron tenía que aprovecharlo ahora porque en unos años no me querrá, los abracé porque yo quería estar con él.
Fuera la culpa, somos humanas
Las malas madres tratamos de esquivar la culpa que nos lanzan, y tratamos de ignorarla, pero es realmente difícil. Quienes nos critican muchas veces no saben las noches de llanto que nos han endosado. Y a veces descubrimos cuánta culpa ha germinado, cuando dudamos de nosotras, cuando nos sentimos insuficientes.
Las malas madres amamos en risa y llanto, gritamos con desespero y peleamos acaloradas. Soy tan mala madre que una vez empezando el invierno me salí a la puerta y me senté afuera de mi casa sin zapatos ni chaqueta, y en serio no pase frío. He sido una mala madre que faltaba a reuniones para ver una obra estudiantil lo cual es exceso de atención y que también amanece estudiando para una presentación, lo cual es egoísmo. Soy una madre que restringe las horas de computadoras a sus hijos y se encierra a ver películas escondida toda la noche. Y soy tan mala madre que no le hago caso a todo lo que me dicen una madre debe ser. Soy quien soy y he aprendido a no dar explicaciones de mi vida. Soy imperfecta, incompleta y no tengo planes de cambiar.
Feliz día amigas, colegas, hermanas
En este día de las madres quiero mandarle mi abrazo amoroso a todas las malas madres, para que nos deshagamos de la culpa, deshagamos los prejuicios y disfrutemos nuestra maternidad en nuestra manera auténtica. Si para otros eso significa ser mala madre, pues que sean felices, yo diría auténticas y no convencionales, pero tampoco me nace discutir de semántica, prefiero disfrutar el día con los amores de mi vida. (y también ver una película)
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