Era adolescente cuando me enamoré perdidamente de Frank Quintero y sus letras poéticas. Su tan Famosa “Canción para ti” es una maravilla indiscutible, pero mi favorita de siempre fue la que era leal mis deseos más profundos de vivir teniendo la “visión de una gaviota”.
Como cualquier adolescente quería solo desaparecerme, pero aquello de sin temor al tiempo y no establecerme, dejó de ser un acto de rebeldía. Con los años se hizo claro que se trataba de una postura de vida. Hace más de 30 años que comencé a cantar esta corta y profunda canción y aún siento que me define.
Mientras más recorro el mundo que me vio nacer, más quiero seguir, y a veces voy a sitios lejos del vuelo de las gaviotas, pero confieso que es cerca del mar donde mi alma encuentra mayor regocijo. Hay algo magnético y sanador en sus azules magníficos y sus dorados cálidos que tienen la capacidad de aliviar cualquier dolor que tenga y hacer exponencial cualquier alegría que pueda experimentar.
Yo quería ser nómada digital desde antes de saber que eso era un concepto. Buscaba trabajar desde mi casa cuando nadie hablaba de eso y decía en juego que podía hacer mi trabajo desde la luna siempre y cuando tuviera acceso a internet. Hoy que lo he logrado, es mejor de lo que nunca imaginé cuando soñaba cantando a viva voz con mi disco de vinilo.
Pero lo que no sabía, es que es una visión agnóstica, humilde, la visión de quien es siempre nuevo y extraño. Robándole un verso a Fito Páez, con “la ventaja de no pertenecer”. Porque al viajar, migrar y mezclarme en otros pueblos y culturas, aprendo y desaprendo continuamente, rasgando los velos de las verdades que me enseñaron en la escuela, la universidad y las empresas. Todo lo que me han dicho mis amistades, parejas, familiares y colegas queda matizado cuando llego a ese sitio distinto, donde la gente tiene creencias diferentes y maravillosas.
Tener la visión y la vida de una gaviota, es hoy mi más profundo logro, porque sin apegos a lugares ni posesiones materiales, no tengo una casa propia ni la estoy buscando, mis hijos no tienen escuela, y el mundo entero es nuestro patio de juegos y salón de clases.
Mi bella gaviota :)