El día comienza normal en la oficina, pueden haber o no rumores, pero pronto el malestar en el ambiente hace real, hay un lay off, varios o muchos se quedarán sin trabajo hoy, ¿cómo regresar ese día te levantas temprano para ir a trabajar?, tenias proyectos en mente, un par de llamadas, algunas reuniones, revisar el facebook y quizá salir en la hora de almuerzo a la farmacia, de pronto todo cambia, una llamada Recursos Humanos, de tu jefe, de alguien que jamas te había llamado, los estilos cambian el final es el mismo, estas sin trabajo y regresarás antes de las 5.
No es personal, no se supone que te sientas mal, pero eres tú el "elegido" quien regresará a casa más temprano, como explicar en casa que las cosas cambiaron y ya no tienes trabajo, te acuerdas que acabas de comprar pasajes para las vacaciones, o que tomaste un crédito para una computadora nueva, o simplemente eres el único trabajando en casa.
No hay mejor ni peor lado, pase por ambas experiencias. Primero me tocó ser la sobreviviente, la que no estaba en la lista. Pero no pude sentirme totalmente afortunada de tener trabajo, ver salir a tus amigos, pasar el dia con un gran nudo en la garganta. Revisar los escritorios y notar que se quedaron un par de lentes, un cargador de celular y unas fotos. Quizá lo peor es regresar al día siguiente, ver todo esos escritorios vacíos, saludar a otros sobrevivientes, alegrarte por ver caras conocidas aún allí. Pensar en que están haciendo los que faltan, sentirte mal por tener un trabajo mientras tus amigos no lo tienen, recién la semana pasada celebraron la noticia de uno de ellos que por fin iban a tener un bebé, se fue sin recibir la tarjeta y sin terminar su café.
Luego la realidad muestra su cara más dura, las metas aún deben cumplirse, los proyectos deben terminarse pero no está la gente, no sabemos donde guardaron las claves, no tenemos las notas o aquella reunión iluminadora nunca se dio y el experto del proyecto está ahora buscando trabajo y actualizando su perfil en Linkedin. Es una tristeza que debe pasar rápido. Un lay off es una práctica común en la empresa moderna de Norteamérica, los números no cuadran los hacemos cuadrar, recorte de personal y todo queda “arreglado”.
Yo trate de escapar, corrí lejos, literalmente hasta la otra costa de este inmenso país, y busque un lugar seguro, un ambiente joven, respetuoso. Ese día llegue temprano, tomé mi té y mi desayuno mientras conversaba sobre los planes del fin de semana. Cuando vimos entrar al CEO por la puerta pensamos que venía a visitarnos, las risas y los chistes duraron poco, en breves minutos todo cambió. Las fotos de mis hijos fueron lo primero que recogí del escritorio, los audífonos para conferencias que había comprado en la farmacia me los dieron varios días después. Un sobre con mi nombre dejaba claro cómo serían mis próximos días.
Empezar a buscar trabajo sin planificarlo es incómodo por decir lo menos, sabes que no es tu culpa, no fuiste despedido por fallar, no te robaste información ni dinero, pero igual estas en la calle, todos quedamos igual, con un cheque confuso y una carta de recomendación, y la pregunta viene una y otra vez,¿por qué yo? ¿qué pude hacer diferente? y la respuesta es un simple “nada”, la respuesta no existe, y debes seguir adelante y explicar eso en cada entrevista.
Una decisión ejecutiva tomada con poco criterio.
Cuando trabaje en Mc Donalds aprendí que hay una pieza importante que se llama el “gerente de bin”. Como parte del criterio de calidad de Mc Donalds la comida tiene un tiempo de vida y pasado ese lapso debe ser descartada. No está técnicamente descompuesta pero no está óptima. Aprendí durante ese tiempo allí que el mejor Gerente del bin es aquel que no desperdicia nada, que sabe leer la “hora rush” y pide suficiente producción para que no se llene la tienda de gente esperando , pero que ninguna quede , conocí a un chico así, un ser genial con pocos estudios y mucho criterio. Una sola noche tiramos a la basura una hamburguesa pequeña, él tenía la habilidad de medir los pedidos, siempre había lo suficiente nunca mucho nunca muy poco, los viernes eran distintos a los lunes, entendía los días de cobro, los fines de semana, los fines de trimestre y de fiesta en la universidad.
Los lay off son planificados varias semanas, requiere quizá meses de antelación, por expertos en gerencia, finanzas y recursos humanos, una y otra vez me pregunto ¿cómo es posible que no tengan la misma visión y criterio que aquel chico que sin haber terminado el bachillerato sabía perfectamente cuánto pedir a su equipo?.
A mi me quedan preguntas en el aire en torno a la real necesidad y ganancia de esta medida, porque la crisis económica de una empresa no pasa en la noche a la mañana, y tiene unos costos enormes, porque en la mayoría de los casos implica un pago extra de varios meses a todos los afectados. Pero además, un lay off implica salir de gente altamente capacitada, la gente que fue contratada porque era la más calificada para sacar adelante la empresa de la crisis, para impulsar el crecimiento y nuevos proyectos. Me pregunto a veces, si se trata gente que no debió ser contratada y la falta de criterio recorre toda la cadena.
Yo acepto que es frecuente que pase, que es una práctica “común” y una solución que se justifica y es socialmente aceptada para prevenir el cierre de la empresa. Pero el monitoreo debe ser constante, antes de seguir contratando nuevos equipos, de incrementar salarios, de hacer una gran fiesta de navidad, hay que revisar qué está mal, si el forecast de ganancias es exageradamente ambicioso o hay factores que no se estaban considerando es importante hacer ajustes, pero sacar gente que fue contratada solo semanas antes, no es una demostración de fuerza y capacidad de ejecución, es una muestra de falta de criterio planificación y desconocimiento financiero.
Aceptar, reírse y seguir.
Es un día confuso para todos, lleno de muchas emociones y dudas, y entre otras cosas hay momentos para chistes, contar las experiencias previas propias o ajenas. Recuerdo que la historia que me ha causado mayor gracia y asombro fue una empresa que sonó la alarma de incendios y una vez todos en el estacionamiento avisaron que solo los que nombraron podrían regresar a sus puestos de trabajo el resto eran parte del lay off.
Quizá el momento más sarcástico y risible fue privado, cuando reflexione sobre el contraste entre un almuerzo con mis amigos Europeos, hablando de las ventajas de los nuevos retos en puertas, y las posibilidades y beneficios de tener vacaciones pagas, me sorprendí de pronto en un ambiente donde casi se celebraba lo ocurrido. Al día siguiente almorzamos los latinos, riéndonos de cómo estamos dispuestos a aceptar cualquier tipo de trabajo, de casi rogar que no nos saquen en el lay off y cerrar con, de donde venimos, cualquier situación es ventajosa.
Solo nos queda pasar el dia, y tratar de tener una pequeña prevision, tener unos ahorros para hacerle frente en caso de no recibir compensación, entender que la falla no es nuestra sino de la poca planificación de un gerente que no manejo todas las variables y que la pregunta no es ¿por qué?, es ¿cuándo?
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