Ser madre es desde mi punto de vista la experiencia mas enriquecedora y compleja que he vivido, cada día es nuevo, cada experiencia llena de aprendizajes y retos, y sobre todo movilizada por las ganas mas grandes y los miedos mas intensos.
La migración por su parte multiplica todas esas emociones exponencialmente, quedarse sin las redes, las certezas y los afectos nos pone en una suerte de inestabilidad constante, en un aprender infinito. Ser migrante desde mi punto de vista, es darle una perspectiva distinta a toda experiencia nueva y pasada, es una lección de humildad enorne, y una gran oportunidad para mostrar de que estamos hechas.
Y ser mujer para mí es simplemente espectacular y complejo. Como mujer, madre y migrante me ha tocado vivir experiencias intensas que me permito compartir en esta sociedad plural y panóptica, en la que mi voz es una mas, y aun así es única e interesante, tanto como las otras 7 mil millones de voces, tanto como las que cada día nos abandonan inesperadamente víctimas del odio, la intolerancia y el desamor.
Este blog es desordenado, como la femeninidad, la maternidad y la migración, al menos como lo han sido las mias, salen cosas por aquí y por alla, algunas parte del plan, otras absolutamente fuera de cualquier parte del proyecto, pero con todo vamos armándonos una historia con sus altos y sus bajos, con mucha vida en toda la amplitud que eso representa. Quizá este debió ser el primer post, dando sentido al nombre del blog, pero es hoy que me siento con ganas de reordenar estas letras y darle espacio a toda esta emoción. Mi objetivo es solo exorcisar mis demonios y compartir algunas lineas con propios y extraños, sabiendo que soy mas común de lo que parece y que como humana mis miedos y logros son muy similares a los de otras.
Estos son días que esperaba no vivir, cada vez suenan mas voces nombrando lo inevitable, denunciando lo que hace rato sabemos pero no queremos verbalizar, el miedo mas grande esta tomando forma, pero es momento quizá de asumir que estamos en Guerra, y no desde hace un par de días, un mundo en el que niños mueren de hambre a diario sin que hagamos nada al respecto, donde en manos de muy pocos hay tanto dinero como para que nadie pase hambre un día mas, un mundo con inequidades grotescas y violencia desbordada, un mundo en el que la violencia es una fuente de ingresos para muchos, es hace rato un mundo en guerra.
Y ahora me toca como madre en una ciudad multicultural iniciar conversaciones muy tempranas sobre xenofobia y tolerancia, en casa hemos tratado de no hablar de armas, asesinato y extremismo, hoy me pregunto hasta cuándo durara esto?
Soy mama migrante, buscando mi espacio en este mundo global, encontrando nuevas redes, aprendiendo mi idioma de nuevo con las expresiones de otros latinos que nunca use, a veces navegando entre planetas como el principito, a ratos perdida en la prisa de trenes que nos llevan a ninguna parte y donde nadie nos espera, buscando un rato en silencio en el desierto para poder ver lo esencial, eso invisible que puedo vivir y sentir estando con mis tres hombres.
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