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Notas sobre violencia, comunicacion y consentimiento

Yo desde hace varios años decidí dejar de leer noticias a diario. No es una decisión inteligente pero si acertada para mantener mi salud mental. Mi uso de redes sociales es realmente limitado y soy completamente ignorante y ajena en el uso de Twitter. Sin embargo, cuando pasan cosas virales, es casi imposible no ser afectado. Los virus, como el Covid nos impacta queramos o no.


Los últimos días en mi Venezuela natal, el ambiente ha estado cargado de noticias imposibles de ignorar, porque el abuso sexual ha estado en boca de todos. La violencia es un tema del que con frecuencia no nos gusta hablar aún en el siglo XXI. Entre tantas cosas que revisé, con dolor leí comentarios dudando sobre la víctima. Nada que no hayamos visto antes, pero aún me impresiona. Así pues que para sacarme esto del pecho, aquí reflexiones en tres áreas que me mueven.


Comunicación


Las cosas por su nombre. "Al pan, pan y al vino, vino" decía mi abuela en su infinita sabiduría, aún si haber terminado la escuela. Mi confusión se hizo presente e incómoda buscando seguir los hilos de mensajes, y mi ignorancia protagonista al desconocer el significado de “estupro”. Aclaremos un punto: se llama violación, se llama abuso sexual. Los términos legales y de domingo como diría mi sabia abuela, solo sirven para confundir y suavizar lo que ocurre. Obviamente no es lo mismo confesarse violador que cometedor de estupro.


Pero el problema es que no estamos ayudando a las muchas niñas y adolescentes que están siendo violentadas a diario. Hablar abiertamente de nuestras heridas y malestares es lo primero para poder luchar contra este monstruo. La violencia sexual es un cancer que nos destruye. Explicar con términos sencillos lo que ocurre es el primer paso que todo médico oncólogo recomienda a los familiares. Dejar claro en todos los espacios que los menores de edad no tienen actividad sexual con adultos bajo ninguna circunstancia, y darles oportunidad para expresar malestar es clave. Abrir canales de comunicación confiando en lo que el otro no dice, sin juzgar. Y sobre todo hablar abiertamente sobre educación sexual de calidad, sin mitos ni mentiras es para mi un sólido primer paso que debemos dar.


Consentimiento


Durante los últimos años ha habido un revuelo sobre el consentimiento. No es no se ha vuelto un lugar común, pero en mi opinión no se profundiza en el tema. El consentimiento para mí, es un acto consciente e informado que se otorga cuando se dispone de datos suficientes y claros sobre las consecuencias que se esperan, una vez ocurra aquello que se acepta. El consentimiento además no es un contrato eterno, es un acuerdo temporal que puede ser revocado en cualquier momento sin implicar mayores consecuencias. Finalmente en mi opinión, es importante por ambas partes validar reiteradamente el consentimiento mientras se va disponiendo de mayor información. Y no es solo sexual, educar en consentimiento comienza por ampliar su espectro.


En algunas ocasiones no es posible saber el alcance completo de lo que ocurrirá, por ejemplo se puede aceptar una intervención médica con la presencia de estudiantes para ayudar a difundir educación, pero al llegar el día se trata de 100 estudiantes. No podíamos imaginar al inicio que era una clase pública, que quizá sería filmada, ni siquiera sabíamos que eran preguntas que debíamos hacer. Siempre, en un estado de derecho, podemos retirar nuestro consentimiento hasta en el último momento y debemos sentir que tenemos el libre derecho a hacerlo. Y esto obviamente aplica al sexo.


Pero adicionalmente el consentimiento es bilateral, tanto quien pide consentimiento como quien lo otorga somos corresponsables en que la información sea completa y entendida en el máximo alcance posible, y ambos somos igualmente responsables de validar constantemente que el acuerdo sigue en pie, y sobre todo dejar la puerta abierta y sin repercusiones, para que uno o ambos se retiren del acuerdo en cualquier momento. Una de las mejores explicaciones al repecto me la dió mi hijo hace unos años teniendo alrededor de 7 años "acepté lanzarme de ese tobogán sin saber lo que era, y no me gustó, ahora se que eso no me gusta y te pido que no me invites a toboganes similares o me expliques mejor de que se trata". Eso es consentimiento con información.


Lo mas crítico para mi es que en el hogar y la escuela no se suele educar para dar consentimiento. En la casa de mi infancia se solía decir muy coloquialmente “los niños hablan cuando las gallinas mean”, aludiendo a un hecho imposible, porque las aves no tienen vejiga, no orinan.


Educar en consentimiento va más allá de repetir no es no, implica explicarles como cada día en cada decisión tienen la posibilidad de pensar, discutir y disentir. Y ciertamente los detractores de la educación progresiva hablan de libertinaje, sin embargo con la información adecuada se llega a acuerdos que hacen más agradable la convivencia. Y no son pocas las veces que usando este enfoque, como padres nuestros no sin sustento ni reflexión quedan desarmados, y nos damos cuenta que solo repetimos patrones culturales sin ninguna razón para decir no. No es no, pero es importante que eduquemos en las razones para decir no y para aceptar no.


Pero soy enfática en esto, en mi opinión un menor de edad no entiende en su totalidad el alcance de dar consentimiento sexual, y ningun adulto deberia aprovecharse de esto para tener sexo. Adultos y niños de cualquier género no tienen sexo juntos, allí no hay consentimiento, hay abuso.

Aceptación

Finalmente la falta de autoestima y la violencia son una pareja explosiva. En una sociedad que nos incita a ver nuestros diferentes cuerpos y nos grita cuánto necesitamos de mucho más para ser aceptados, la autoestima le abre la puerta principal a las agresiones. Cada ser humano es maravilloso de la manera que es. Pero es poco frecuente halagarnos mutua y colectivamente, porque o no lo creemos, o creemos que hay segundas intenciones.


La auto-aceptación es clave, y de nuevo es un asunto que debemos crecer y ser educados, a diario, en la casa, la escuela, con los amigos, en cualquier espacio. La idea de no ser suficientes lamentablemente es continuamente alimentada, y eso debe parar. Esto no significa creerse mejor que el resto. Somos seres perfectibles, que siempre queremos y debemos mejorar. Reconocernos completos, decírnoslo a nosotros mismos, y decírselo a diario a nuestros seres queridos es el mejor regalo que podemos hacer.


Comentarios finales sobre la masculinidad


Yo soy feminista, pero como muchas mujeres feministas, no odio a los hombres, vivo feliz con tres asi que todo lo contrario. Hechos lamentables como la violación a una adolescente, encienden rápidamente opiniones acaloradas que victimizan a la mujer y demonizan a los hombres. Otros victimizan al hombre y acusan a la mujer de seducir. Yo personalmente paso de esas aproximaciones binarias y discriminatorias.


La violencia sexual en nuestro día a día afecta a todos los géneros, la masculinidad no es sinónimo de violencia, y una sociedad más justa empienza, en mi opinión por erradicar los preconceptos que tanto daño nos han causado.






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