Volver es un imposible. Una fantasía creada por el idioma para mantener viva la nostalgia. Pero una vez que el instante pasa ya no existe. Queda congelado en eso que llamamos pasado que es solo una manera del lenguaje de referirse a lo que dejó de ser para siempre, bueno o malo.
Así como no es posible brincar en una foto y regresar a la imagen capturada por la magia de la luz, volver es un poema y una canción, pero no una opción. Solo podemos seguir, y siempre, aunque no lo parezca, seguimos avanzando, en historias nuevas y lugares nuevos con un yo nuevo. Y en este coinciden las ciencias duras y del espíritu. Porque en su movimiento constante, el río fluye y no es el mismo, la tierra se erosiona, las células se regeneran, y ya nada es lo mismo que era ayer.
Hoy estoy en mi barrio y en mi casa. Mi silla cómoda, mi cobija suave y mi calle silenciosa se unen al encuentro de esta nueva yo que viene con historias fantásticas y mundanas del viaje y la aventura. La imagen en el espejo es familiar y extraña al mismo tiempo. Más allá de mis cabellos creciendo y el sol dorado en mi piel, el brillo en los ojos da cuenta de lo que ocurrió, de lo público y lo secreto, lo magnífico, lo que avergüenza, lo que enorgullece y lo insignificante.
Seguir no es opcional, pase lo que pase seguimos adelante. Aún cuando parecemos estar detenidos, la tierra gira, las mareas mueven las aguas y la sangre fluye dentro de nuestro cuerpo. Aún cuando no lo notemos, ocupados con el ruido del exterior, con el dolor del recuerdo o la pena de la fantasía o la meta no cumplida, hay un movimiento interno enorme que está cambiando todo y nos lleva al nuevo lugar aún por construirse.
Seguir es fluir, y se puede uno dejar llevar por la corriente, luchar contra ella o disfrutarla. Para mi, se trata de respirar y crecer, disfrutar lo que trae el día, agradeciendo lo que ocurrió y sus huellas en mi ser. Y aunque hay días mejores que otros, prefiero deleitarme en ellos con inocencia infantil en lugar de expectativas de adultos, y así hago mi camino más feliz y placentero.
Hoy escribo de nuevo desde este espacio cálido en el frío del norte donde está mi hogar ahora, agradeciéndole a mi Caribe por su hospitalidad e indomables aventuras, esperando volver pronto a fundirme en sus infinitos azules. Y a ver que dragones saldrán a mi encuentro mañana, que brujas me compartirán nuevos hechizos y que hadas me contaran secretos llenando mis fantasías. Sin futuro ni pasado, me deleito en este día maravilloso en el que soy feliz escribiendo y me regalas tu presente irremplazable leyendome.
Sigue tu camino maravilloso, saborea las aventuras, ríe lo más que puedas y recuerda que las lágrimas están hechas de sal, que al final del día realza el sabor.
Me tocó el corazón este maravilloso escrito Ale... seguimos :)