Desde hace 8 años trabajo en IT (tecnología). Es un mundo muy competitivo en general, más aún cuando se es mujer e inmigrante. Pero para todos es un reto. La competencia es dura y se trabaja con gente realmente brillante. Eso genera mucho estrés que termina en riesgo de burn out y sensación de que no se es suficiente y que en algún momento alguien va a descubrirnos y perderemos el trabajo. Ese malestar se llama síndrome del impostor.
Un síndrome que se siente real aunque no está legitimado
Hay un manual que cataloga las “enfermedades mentales”. Y el término enfermedades mentales es muy amplio e incluye condiciones bastante comunes como la ansiedad, problemas para dormir o desórdenes alimenticios. Hay mucho estigma en reglas generales en términos de salud mental, pero desde mi punto de vista agregar palabras como síndrome le da un peso que puede sentirse difícil de llevar. Burn out y Síndrome del impostor a pesar de ser reconocidos por psicólogos y otros profesionales de la salud mental, no están catalogados como tal, al menos oficialmente.
Sin embargo, durante mi muy camaleónica carrera, que empezó como Maestra de niños con Parálisis Cerebral, Coordinadora de marketing, Organizadora de eventos, Investigadora y Consultora, Asistente Ejecutiva, Profesora Universitaria, Psicopedagoga en consulta, Data Scientist, Coach y Product Manager puedo decir dos cosas: ha sido una carrera exitosa, me ha costado reconocerme como tal, aunque he tenido reconocimiento externo y en cada una de las facetas me he sentido terriblemente impostora.
Impostora confesa
Sentirse impostor dando clases no es sencillo, toda la dinámica de poder impone que uno es quien sabe y los alumnos no, puede ser combustible para sentirse intimidado o para sentirse superior. Ya se imaginan como me sentía más aún cuando casi todos mis alumnos eran más altos que yo. Afortunadamente tuve mentores que me reafirmaron que el logro es ver que los alumnos superen al maestro. Esa sensación de placer indescriptible también implica mucha autoestima y seguridad para no sentirse insuficiente, sino orgulloso de haber apoyado a otro a sacar y descubrir todo su potencial más allá de su zona de confort.
Luego de varios años en la educación, me enamoré de la Sociología y dejé las aulas (para volver luego) y tuve el privilegio de estudiar con un grupo de gente sencillamente excepcional. Al punto que hace más de 20 años salimos de la rutina de clases, lecturas y exámenes, y no son solamente mi más importante red de apoyo como amigos, sino de referencia profesional en casi todos los ámbitos. Estudiar con gente tan brillante es enriquecedor, pero también abre la puerta a la inseguridad y saber que yo no soy tan inteligente como el resto. No fueron pocos los momentos académicos y luego profesionales en los que compartiendo trabajos remunerados o no, me sentí completamente fuera de lugar. Yo sabía que no estaba a su nivel, pero quería estarlo, así que me esforcé más. Esa es la receta perfecta del burn out, pero como tenía muchas redes de soporte cerca y estaba en mis 20’s y 30's no pasó.
Pero en aquella época no se hablaba de síndrome del impostor, pero en IT en en Norte América es casi el principal tema de conversación. Tan pronto comencé a trabajar en empresas globales, con colegas de literalmente todas partes del mundo, quedaba más claro que nunca que yo no estaba al nivel de ellos. Esta ves me exigí esforzarme aún más, aprendiendo al mismo tiempo sobre nuevas tecnologías, en un nuevo idioma, en otro país, y sin redes cercanas. Era la primera en llegar y la última en salir de la oficina, cayendo en la trampa de compensar con trabajo extra mis fallas de pronunciación y mis propias inseguridades, obviamente el burn out no se hizo esperar.
Una sociedad de impostores
Algunos dicen que lo mejor de llegar al foso, es que no se puede caer más y solo se puede subir. Lamentablemente a veces parecen haber montones de túneles. Cuando entendí que estaba poniendo mi salud en riesgo comencé a tomar acciones y después de mucho trabajo personal, no solo lo acepté, sino que agradezco el síndrome del impostor. Como lo describe en su Ted Talk Mike Cannon-Brookes, fundador de Atlassian, muchos nos sentimos impostores y la ventaja es que eso no nos paraliza, lo contrario nos energiza a seguir.
Creo que es parte del Flow que describe Mihaly Csikszentmihalyi. Es un estado que va entre el aburrimiento y el reto. No sentirse intimidado por un desafío puede esconder o falta de modestia, empatía y desapego con la realidad. Y sentirse aterrado o incapaz de salir de la zona de confort puede llevar a la insatisfacción y desinterés. Cuando me di cuenta que todos a mi alrededor se sentían impostores y más aún que para otros yo era la persona inteligente en la reunión, no solo me sorprendí muchísimo, sino que pude apreciar más mis cualidades y contribuciones y dejar de sentir ansiedad.
Disfrutar y usar la energía
He llegado al punto que reconozco la sensación con la emoción y susto combinados de empezar a actuar (también hice teatro) o el primer beso, o escuchar el latido de mis hijos por primera vez. Las mariposas en el estómago no son una sensación desagradable, creo que al contrario son una energía emocionante para construir y disfrutar la experiencia al máximo. Me siento impostora cada día, ahora mismo escribiendo esto pensando quién me va a leer y si les gustara. Pero es emocionante y no me detiene.
Si te has sentido impostor, recuerda, es porque te ves en el espejo de los otros que están alrededor que tienen habilidades que tú no tienes, pero cuando ellos te ven a ti también ven lo que a ellos les falta, y también se sienten impostores. Lo más importante para mí es, sentirse impostor está ligado a una sociedad retadora que puede ser demasiado exigente, pero nuestra respuesta es de modestia y humildad. Hacer un fraude es una respuesta alternativa a esos retos, pero es planificado, no es modesto y humilde. Creo que el peligro es creerse un fraude cuando simplemente se siente que no se está al nivel del resto.
Hay gente que hace fraude y debe dejar de hacerlo ya, en este instante. Para los demás que nos sentimos impostores, solo se trata de aceptar lo bueno y sabernos honestos y usar la energía para seguir respetando los límites personales y prevenir quemarnos.
コメント